La noche en Logroño cobra vida en la Sala Fundición, un espacio íntimo con capacidad para unas 400 personas  que mantiene ese aire de club cercano donde la música se siente a flor de piel. Con un diseño de doble altura y excelente acústica, permite que el público disfrute los conciertos como si estuvieran en sala de ensayo, pero con chispa profesional.

Se trata de un lugar versátil, ideal para actos pequeños pero vibrantes. El local cuenta con accesibilidad total (entrada y baños adaptados), un bar bien surtido, ambiente acogedor y cobro mediante tarjeta o NFC, facilitando la experiencia al visitante. Además, su ambiente “rock’n’beer” lo convierte en punto de encuentro para amantes del rock, pop, heavy y metal.

En su escenario han pasado desde propuestas emergentes hasta bandas consolidadas: nombres como Papa Topo, Mr. Kilombo, Morochos, La Habitación Roja, Sex Museum o Green Valley han dejado su sello en la sala. Incluso jazzistas de nivel como Jorge Pardo, galardonado y con una trayectoria internacional, han tocado en su escenario íntimo. Esta diversidad muestra la clara voluntad de la sala de ofrecer estilos variados y atraer a públicos diferentes.

Es un espacio pionero en la agenda cultural de la ciudad, formando parte del tejido de eventos como el festival Actual, donde representan la escena alternativa y local activa. Pero además de su papel en festivales, la Fundición crea su propia programación, incluyendo conciertos solidarios, sesiones acústicas y tributos memorables.

Lo que de verdad engancha es su atmósfera: cercana, enérgica, original. No tienes que reservar butaca ni abrigarte; aquí el control de acceso se vuelve natural, sin protocolos clásicos de teatro. La sensación es “volver a la música de verdad”. Las valoraciones en Google (4,7 sobre 5 con más de 300 opiniones) coinciden: suena bien, se bebe bien y se respira cariño por la música.

Si lo que buscas es un plan distinto, que respire autenticidad y te lleve directo a la esencia del directo, la Sala Fundición es ese lugar en Logroño donde cada concierto se siente personal, cercano y especial.